La discusión y el conflicto forman una parte muy importante de la vida de cada ser humano. Aunque puedan parecer algo malo y generalmente intentamos evitarlos, debemos reconocer que la vida sin pequeñas diferencias no es posible.
Los conflictos que tenemos con los demás o con nosotros pueden contarnos mucho sobre nuestro carácter y permitirnos conocer mejor nuestra personalidad.
Obviamente, debemos tener en cuenta que el conflicto y la discusión son solo una parte de nuestra vida diaria y no podemos pasar nuestras vidas luchando con todos por cosas de poca importancia.
A veces también necesita aprender a lidiar con cosas y situaciones que no suceden como nos gustaría. Otra cosa importante es evitar a las personas con problemas que solo quieren pelear y ver problemas y complicaciones.
1. Escuchar atentamente
Nuestros argumentos pueden parecernos los más importantes. Sin embargo, no podemos defender ciegamente nuestras razones sin escuchar primero lo que nuestro interlocutor tiene que decir.
Aprender a escuchar es una de las cosas más importantes en las relaciones personales. Tenemos que entender que otra parte del conflicto también puede tener algo significativo que decir y debemos permitirle expresar sus opiniones y sentimientos libremente.
2. Respirar profundamente
Es muy importante que durante una discusión o incluso una conversación podamos permanecer relajados y tranquilos.
Tomar las cosas con calma lo ayuda a resolver cualquier conflicto mucho más rápido y llegar a un acuerdo. Aunque puede ser difícil, incluso si alguien más levanta la voz, debemos tratar de respirar profundamente y no dejarnos llevar por las emociones.
3. Hacer preguntas
Una cosa esencial en la comunicación es comprender que, para que exista un diálogo, al menos dos personas tienen el mismo derecho a expresar sus opiniones y tienen tiempo para hacerlo.
Si queremos comprender mejor los motivos de la persona con la que tenemos un conflicto, recomendamos encarecidamente hacer algunas preguntas abiertas que no tengan una respuesta afirmativa o negativa.
4. Mantener la calma y hablar en voz baja
En cada situación hay que mantener la calma y tratar de no levantar la voz ni mucho menos gritar. La persona que sabe controlar sus emociones, por lo general también sabe cómo solucionar las cuestiones problemáticas.
5. El arte de controlar el cuerpo
A menudo, cuando nos encontramos en una situación difícil, nuestro cuerpo a menudo refleja nuestros sentimientos.
Cuando cruzamos nuestros brazos, hacemos un gesto muy activo, alzamos la voz, parecemos sospechosos, todo eso solo puede irritar a la persona con la que tenemos un problema.
6. Saber cuándo ceder
Como mencionamos al principio del artículo, existen conflictos constructivos que pueden beneficiar a todos, pero, por otro lado, hay discusiones que no conducen a ninguna parte.
De hecho, incluso pueden dañar nuestra salud emocional y hacer que nuestras relaciones con la persona importante con la que no estemos de acuerdo. A veces es mejor renunciar y aceptar estar en desacuerdo.