¿Has oído hablar de los terribles dos años? Esta etapa, que puede ser de 18 meses a tres años, también se conoce como ” la adolescencia del niño”.
Según el pediatra y neonatólogo Jorge Huberman, el niño tiene cambios importantes durante este período, que pueden causar momentos de terquedad, mal humor y rabietas.
Los niños comienzan a comprender que son individuos y que tienen su propia voluntad. Pero aún no son emocionalmente maduros para enfrentar las respuestas negativas y no comprenden los sentimientos de enojo, frustración y pena.
Por lo tanto, dado que aún no pueden asimilar lo que saben o no logran verbalizar, lloraran o tienen una crisis inexplicable, comúnmente conocida como rabietas.
¿Qué hacer en momentos de rebeldía?
En primer lugar, debes estar tranquila, esa fase sucederá. Pero tienes que ser muy paciente. El Dr. Jorge Huberman recomienda que, cuando hay un llanto o berrinches, solo ofrezca un abrazo y explique que entiendes lo que le pasa.
A esta edad, su hijo quiere explorar el mundo y buscar aventuras. Como resultado, pasará gran parte de su tiempo probando los límites; Sus propias fronteras y su entorno. Lamentablemente, aún carece de las muchas habilidades necesarias para lograr de manera segura todo lo que necesita hacer y, a menudo, tienes que protegerlo.
¿Alguna vez sus hermanas o familiares le han dicho que su hijo no se comporta mal cuando ellas lo cuidan ?
Es común que los niños pequeños se comporten como ángeles cuando no están cerca de ti, porque no confían lo suficiente en esas personas como para poner a prueba sus límites. Pero contigo, tu hijo menor estará dispuesto a probar con cosas que pueden ser peligrosas o difíciles porque sabe que lo salvarás si se mete en problemas.
Cuanto más confiado se sienta su hijo de dos años, es más probable que sea más independiente y optimista. Puedes ayudarlo a desarrollar estas emociones positivas estimulándolo para que se comporte más maduro.
Para hacerlo, cree constantemente límites razonables, permitiéndole explorar y ejercitar su curiosidad, pero establece un límite para el comportamiento peligroso y antisocial. Con estas pautas, comenzara a sentir lo que es aceptable y lo que no lo es.
En conclusión, la clave es la constancia. Felicítelo cada vez que juegue bien con otro niño, o cuando coma o se vista sin ayuda. Incluso cuando inicio una actividad y tu hijo la termina sin ayuda.
Comenzarás a sentirte bien con estos logros y contigo misma. Con el aumento de su autoestima, también desarrollará lo mismo que usted ha enseñado , y de la misma manera que ha estimulado, la conducta negativa desaparecerá.