No te apresures a ser madre si no estás segura.
La presión social que lideran nuestro círculo familiar y amigos siempre nos lleva a pensar en los embarazos tempranos porque ser madre de 30 años es un error para ellos: usted es demasiado mayor o está demasiado cansada para criar un primer hijo.
Pero ahora un médico británico dice que la mejor edad para tener un hijo es entre 20 y 35 años, lo que aumenta la diferencia de edad para ser madre.

No hay duda entre los investigadores de que la fertilidad natural está disminuyendo gradualmente a lo largo de la vida.
Pero a pesar de las advertencias de los expertos, en las sociedades occidentales, las tasas de natalidad se retrasan cada vez más, para las mujeres hasta mediados o finales de los treinta, cuando la fertilidad disminuye más rápidamente.
En países como Reino Unido ahora por primera vez más del 50% de los bebés que nacen son de mujeres de más de 30 años.

Sea madre después de 30 años
El médico habló sobre la tendencia actual de las mujeres a ser madres cada vez a mayor edad, pues plantean otras metas, como la superación profesional en primer lugar.
Falconer explicó que, aunque es verdad que las mujeres después de 30 o 35 años pueden tener hijos, también enfrentan una reducción en la fertilidad. Esta situación empeora cuando usted llega a los 40 años de edad.
No hay duda entre los investigadores de que la fertilidad natural está disminuyendo gradualmente a lo largo de la vida.

Pero a pesar de las advertencias de los expertos, en las sociedades occidentales, las tasas de natalidad se retrasan cada vez más, para las mujeres hasta mediados o finales de los treinta, cuando la fertilidad disminuye más rápidamente.
En países como el Reino Unido, por primera vez, más del 50% de los niños nacidos son mujeres mayores de 30 años. Y las mujeres mayores de 35 años que tienen hijos ya son más numerosas que las menores de 25 años.
“Las mujeres mayores también tienen más probabilidades de enfrentar complicaciones médicas. Incluyen un mayor riesgo de aborto involuntario, muerte fetal, partos múltiples, cáncer, la necesidad de cesárea o parto asistido, defectos de nacimiento como el síndrome de Down e incluso un ataque al corazón durante el embarazo, aunque esto es poco común.