Verónica Hipólito tiene 22 años. Tuvo un derrame cerebral, varios tumores cerebrales y 200 tumores malignos en el colon. Fue campeona mundial a 200 metros en 2013.
Campeona mundial en el mundo 100 metros el mismo año. Campeón sudamericano en 100 metros, 200 metros y salto de distancia. También ganó 100, 200 y 400 metros en los juegos parapanamericanos de Toronto.
En los Juegos Paralímpicos de Río 2016, fue de plata en 100 metros T38 y bronce en 400 metros T38 (categoría en la que compite que corresponde a personas con discapacidades físicas debido a parálisis cerebral, según Alianza News).
Cuando tenía 14 años, “me desperté sintiendo la mitad de mi cuerpo paralizado”, explicó. Su padre en el hospital le dijo:
“Cuando salgas de este lugar, todos tratarán de establecer límites, pero quien decida qué puedes hacer y qué no, eres tú. Y estaré allí para seguirte “.
La atleta brasileña volvió a entrenar 5 horas por día para volver a luchar por su sueño: seguir corriendo, seguir compitiendo y, sobre todo, seguir viviendo.
Los médicos le dijeron que no podía volver a caminar. En solo dos años logró recuperarse y ganar 200 metros en la Copa del Mundo 2013, con 17 años.
Pero fue el mismo año en que los médicos encontraron un tumor cerebral (4 años después de su extirpación). El tratamiento la sacó de las pistas durante unos meses.
Días antes de los Juegos de Toronto, el atleta fue diagnosticada con poliposis adenomatosa familiar, un trastorno hereditario que causó más de 200 tumores en el tracto intestinal.
Luego de extirparle el 90 % de su intestino grueso, Verónica volvió a entrenar y llegó a los Juegos Paralímpicos de Río 2016 (su máximo sueño de ese entonces), donde también obtuvo medallas.
Pero la vida le puso nuevamente un obstàculo: en 2017, los médicos descubrieron que tenía otro tumor cerebral. En 2018, encontraron más rastros del tumor que involucraban una nueva operación.
Es decir, de 2017 a 2019 no entrenó productos de operaciones, consultas médicas y tiempo de recuperación.
Finalmente, Verònica logró superar estos obstáculos y actualmente se encuentra en el Centro Paralímpico Brasileño en Sao Paulo.
Allí está trabajando 5 horas al día para mejorar su objetivo y es que tiene 10 libras de sobrepeso, con un porcentaje de grasa que lo molesta al momento de correr y ha perdido resistencia.