Las enfermedades siempre han sido el primer enemigo en eliminarse de la vida humana.
Esto es para mejorar la calidad de vida de las personas y comprender cómo funcionan ciertas bacterias y virus en el cuerpo humano.
La investigación médica y científica siempre trata de estar un paso por delante de las enfermedades más dañinas. Para ello, se centran en crear nuevos tratamientos y descubrimientos sobre el origen de las enfermedades.
En este contexto, un grupo de investigadores encontró una excelente opción para prevenir el Alzheimer y evitar el deterioro cerebral de las personas que lo pueden padecer.
Detección temprana
En muchas enfermedades, la detección temprana marca la diferencia en ganar tiempo para el proceso degenerativo, ya que puede desarrollarse rápidamente y causar la muerte del paciente.
Aunque no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, los investigadores de la Universidad de Washington desarrollaron un análisis de sangre que permite medir los niveles sanguíneos de proteína beta-amiloide, lo que sugiere la presencia de esta enfermedad.
Antes de que la enfermedad se manifieste como tal, el cuerpo tiene un aumento de beta-amiloide en el cerebro. Esta prueba identificará la acumulación de esta proteína hasta dos décadas antes.
¿Cómo funciona la prueba?
Esta técnica mide con precisión el nivel de beta-amiloide en la sangre, que se puede encontrar de dos maneras: como beta-amiloide 42 y beta-amiloide 40.
Si el nivel de estas dos sustancias disminuye en la sangre, querrá decir que la beta amiloide se está concentrando en el cerebro.
Si el nivel de estas dos sustancias disminuye en la sangre, significa que el beta-amiloide se está concentrando en el cerebro.
¿Qué es el Alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad que afecta directamente la memoria y algunas funciones cerebrales de suma importancia, ya que las conexiones y las células del cerebro se deterioran severamente hasta la muerte.
El fuerte proceso degenerativo en el que viven las células desarrolla síntomas tales como momentos de confusión y pérdida gradual de memoria, que ocurren durante tres fases.
La primera fase se puede identificar porque la persona olvida eventos, es decir, situaciones que ocurrieron hace menos de 25 minutos. Además, puede presentar fatiga y desorientación en su entorno.
Después de que comienzan estos síntomas, llega la segunda fase. Esto es mucho más notable y serio, ya que las personas pueden olvidar cómo hablar, no reconocer a las personas u olvidar cómo realizar actividades diarias como vestirse, comer, etc.
La tercera fase es mucho más seria. Los síntomas de pérdida de memoria son muy notorios y se mezclan con una serie de eventos epilépticos o temblores.