Una de las preocupaciones que encuentra una mujer embarazada es el parto, especialmente por temor a no tolerar el dolor de las contracciones.
Pero rara vez piensa en la cesárea, a menos que sea su deseo que el niño nazca con cesárea y se lo exprese a su médico.
La cesárea es para ginecólogos, una alternativa al parto, no la consideran una alternativa hasta que se haya confirmado que el nacimiento vaginal de un niño representa un riesgo para la madre o el niño.
Las cesáreas son para los ginecólogos, una alternativa al parto, no la consideran como opción hasta constatar que el nacimiento de una bebé por vía vaginal supone un riesgo para la madre o el pequeño.
La pared del útero es muy delgada y al cortarla, se debilita un poco y con cada cesárea, se debilita más.
Por eso, los ginecólogos no se muestran muy dispuestos a autorizar cesáreas a pedido exclusivo de la madre, sino que consideran hacerla solo cuando es realmente necesario.
De hecho, lo que puede parecer un “capricho” del médico es una forma de proteger la salud de las mujeres para que, en el futuro, si queda embarazada nuevamente y si la cesárea es realmente necesaria, su útero no tendrá complicaciones.
En otras palabras, ¿por qué exponer el cuerpo a cesáreas innecesarias?
Cuáles son los riesgos de cesáreas múltiples
Las mujeres que han tenido más de tres cesáreas pueden tener tejido cicatricial en el útero y los órganos adyacentes.
Estas bandas de tejido cicatricial se desarrollan después de cada operación y varían en extensión y formación. Esto hace que el trabajo del cirujano en futuras cesáreas sea más difícil. Estas adherencias también pueden causar bloqueos en el intestino delgado.
Otro problema que se puede presentar es el sangrado abundante. Estas posibilidades aumentan a mayor cantidad de cesáreas, y se puede llegar al punto de necesitar de una histerectomía (extracción del útero) para controlar el flujo sanguíneo, que puede transformarse en algo mortal.
Según estudios, el riesgo de padecer de una extirpación total del útero es de un 0,65 % en la primera cesárea e incrementa su porcentaje hasta llegar a un 2,41 % a partir de la cuarta cesárea.
En resumen, aunque los médicos no establecen un número máximo inconveniente de cesáreas, recomiendan que no excedan las tres cirugías. Por esta razón, si una mujer ya se ha sometido a cirugía, es conveniente crear una planificación familiar preventiva para evitar nuevos embarazos que pongan en peligro la vida de la madre o el niño.