Cuando quieres tener hijos, sabes que harías cualquier cosa por tenerlos. Kristina y Drew querían tener una niña, pero tuvieron que ir a una clínica de fertilidad, aunque no les fue muy bien …
Kristina Koedderich y Drew Wasilewski de Nueva Jersey estaban felizmente casados, pero un conflicto se acabo con su matrimonio y finalmente se divorciaron. Fueron llevados a la clínica donde se sometieron a un proceso de fertilización.
Es cada vez más común ir a clínicas donde se realizan inseminación artificial, FIV y más, pero ¿qué pasa si están equivocados durante la intervención y colocan las semillas en el lugar equivocado?
Kristina y su esposo querían tener una hija, por lo que donó el esperma a la clínica para que, a través de la FIV, se introdujeran en su óvulo.
Durante su embarazo, nadie les dijo nada, y cuando la niña comenzó a crecer se dieron cuenta de que algo no iba bien.
Drew se hizo una prueba de ADN en 2015 después de sospechar que la niña no era realmente su hija biológica. Cuando entregaron los resultados, su mundo giró 360 grados y Drew comenzó a llorar.
Por su parte, Kristina llamó a la clínica y les preguntó sollozando: “¿Cómo es posible? ¿Cómo podría suceder algo así?”
Actualmente, la niña tiene seis años, pero tiene rasgos asiáticos, que fue el primer indicio que llevó a sus padres a sospechar que hubo un error.
Si Kristina y Drew son blancas, ¿por qué debería dar a luz a una niña oriental? ¿Tomaron medidas contra la clínica?