Un mexicano de solo 35 años, era considerado, hasta hace unos años, el hombre más obeso del mundo.
Su obesidad lo había postrado en la cama y le impedía realizar cualquier tipo de actividad por su cuenta. Juan Pedro no podía caminar, no podía ducharse sin la ayuda de alguien, no podía sentarse en ningún lado y su vida era muy triste.
Su problema comenzó desde la infancia, Juan Pedro aumentó en 10 libras cada cumpleaños, haciendo de su vida un viaje largo y complicado.
“Durante seis años, ya pesaba 70 kilos” – comentó Juan Pedro.
Cuando tenía 17 años, el joven de Aguascalientes pesaba 250 libras y el problema no se detuvo allí.
A esa edad, Juan Pedro tuvo un accidente que lo dejó en la cama durante un año y medio, haciendo que su exceso de peso aumentara aún más debido a su actividad física cero.
“La obesidad siempre ha estado en mí y lo que tuvo que pasar es que no había conocido a la persona correcta que me apoyara y que me quisiera ayudar.” –
La vida de Juan Pedro comenzó a cambiar cuando conoció al Dr. Juan Antonio Castañeda, quien, junto con un equipo de médicos interdisciplinarios, desarrolló una estrategia cautelosa para restaurar algo de calidad de vida a Juan Pedro.
Durante una entrevista con la revista Infobae México, el doctor Juan Antonio confesó que conocieron a Juan Pedro cuando en la televisión extranjera los contactó para ver si podían ayudarlo.
Él y su equipo viajaron a Aguascalientes para reunirse con él y comentar que “hemos encontrado un paciente en mal estado general, delicado, postrado en cama durante una década, y si soy sincero, inicialmente consideramos no hacer nada”.
cuando comenzo la transformación de Juan Pedro, los médicos le asignaron una dieta mediterránea que pretendía hacerlo bajar de peso para reducir los riesgos intra y post operatorios.
Después de que Juan Pedro se sometió a una cirugía de banda gástrica, donde se extrajo entre el 75 y el 80% de su estómago para que su ingesta diaria de alimentos disminuyera y continuara perdiendo peso gradualmente.
Poco después, se sometió a una cirugía de conversión del manguito de derivación gástrica y los resultados se hicieron más evidentes.
El sobrepeso no fue la única enfermedad con la que vivió Juan Pedro, por lo que el joven comenzó a sufrir diabetes, hipertensión y problemas pulmonares.
Afortunadamente con la pérdida de peso, su salud ha comenzado a mostrar mejoras.
Ahora, con 260 libras, Juan Pedro puede levantarse de la cama, caminar sin un vagabundo, ducharse solo y dejar atrás la vida tan atada que tenía.
“Antes de estar en un asiento especial, ahora puedo sentarme en sillas normales.
Solía traer un andador, ahora puedo caminar con un bastón; Antes no podía pararme, estaba sentado y ahora lo hago yo mismo.