A pesar de haber ido al hospital en varias ocasiones, los médicos tardaron tres meses en descubrir que el niño tenía una amígdala incrustada en el pulmón.
Esta es una de esas historias que insta a todos los padres a ser más conscientes de sus hijos pequeños. David, un niño de solo dos años, se comió una almendra hace 5 meses y debido a un accidente con ella se encuentra hoy en grave estado de salud. José Domingo Cruz y Amparo Alba, padres de menores, comparten esta experiencia con todos para que no le pase algo similar a otro menor.
Sus declaraciones fueron recopiladas por el diario El Mundo, que se ha encargado de hacerse eco de ellas para que puedan buscar ayuda y advertir a otras personas. Historia…
Todo empezó hace cinco meses. En la familia Cruz Alba se celebró la fiesta de la Virgen del Remedio, patrona de Petrés (Valencia, España). Ese día había carne a la brasa en el horno y otros platos que luego disfrutarían.
Fue en uno de los actos que se suele ignorar cuando el pequeño David tomó una almendra que estaba entre los bocadillos que se elaboraban en ese momento. El chico le dio una palmada en la boca y se sentó como de costumbre en el sofá viendo dibujos animados mientras los adultos continuaban con su trabajo en la cocina.
Tosió varias veces, pero nadie le dio más importancia ya que el niño nunca parecía ahogarse ni nada parecido. Lo que iba a ser el comienzo de una gran pesadilla comenzó a manifestarse una semana después, justo cuando David desarrolló una fiebre que alcanzó los 40 ° C.
Sus padres lo llevaron de inmediato al pediatra del Hospital Municipal de Elda, a casi 182 km de distancia, y él les dijo que quizás era porque le salían los dientes. La medicación prescrita no le bajó la fiebre y pocos días después, el 18 de octubre, el niño fue trasladado a urgencias por sospecha de neumonía precoz.
Sin embargo, unos días después lo enviaron a casa porque los médicos no encontraron nada anormal. El hecho es que la salud del niño siguió deteriorándose y los padres respondieron cada vez menos con los médicos.
El diagnóstico tomó … Un día, tratando de encontrar una explicación, recordaron el episodio de la almendra y empezaron a sospechar que podría tener algo que ver con eso.
Tras conocer este hecho, los médicos los enviaron al hospital de Alicante el 11 de enero, donde lo mantuvieron en observación durante 4 días y luego le hicieron una broncoscopia.
A David le insertaron un tubo flexible en la laringe para identificar y extraer el trozo de almendra que aparentemente ya había estado atorado en su pulmón durante tres meses. El problema surgió cuando el tubo arrojó pus que se había acumulado en el pulmón, lo que provocó un paro cardíaco.
Los médicos tardaron unos 28 minutos en revivirlo y ponerlo en coma para darle la oportunidad de estabilizarlo. El daño fue grave … 12 días después de la complicación, David se despertó sin un pulmón infectado, pero con un daño neuronal severo debido a un paro cardíaco.
Puedes abrir los ojos, pero no puedes ver. Su cuerpo está quieto, no puede comer y no puede hablar. Para los padres del pequeño, el estado de salud de su hijo se debe a negligencia médica, ya que los médicos no hicieron pruebas preliminares para averiguar qué tan conveniente era extraer el trozo de almendra. “Su órgano estaba podrido y la almendra actuó como un tapón para la infección.
Si hubieran sabido desde el principio que lo tenía allí, nada de esto habría pasado ”, dijo indignado José Domingo. Los pediatras advierten que bajo ningún concepto se recomienda dar a los niños menores de cinco años ningún tipo de frutos secos, ya que existe un alto riesgo de asfixia.
Asimismo, señalan que alrededor del 80% de los casos de atragantamiento en menores están vinculados a este tipo de alimentos.
Amparo y José Domingo no creen que sea un simple accidente y exigen justicia. Durante este tiempo, muchas personas decidieron apoyarlos y en solo dos semanas recaudaron 10.000 euros para los tratamientos.